El hecho de ser mujer aún hoy en día es discriminatorio a la hora de conseguir un trabajo, si a eso se le suma tener VIH/sida, la posibilidad de incorporarse al mercado laboral es más complicado, tal y como señalan desde Sociedad Española Interdisciplinaria del Sida (Seisida), con motivo del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, que se celebra este jueves.
Actualmente es complicado saber exactamente el número de mujeres discriminadas por el VIH, ya que, como explica a Europa Press la gerente de SEISIDA, la psicóloga Mª José Fuster, por lo general "ocultan su situación", en gran medida por el miedo a la reacción de los demás.
"La situación de la mujer es desfavorable en general en el ámbito laboral, en el ámbito del VIH la situación se hace más grave porque la mujer tiene una vulnerabilidad mayor a nivel psicosocial porque tiene más dependencia económica, cargas familiares, cargas que ya existen en la mujer sin VIH, y que la hace más vulnerable", añade.
En el ámbito laboral más del 24 por ciento de los pacientes con VIH afirma haber sufrido discriminación, hasta un 35 por ciento ha abandonado en alguna ocasión el trabajo y hasta un 28 por ciento ha decidido no buscar trabajo o no presentarse a una promoción laboral por la enfermedad
"El problema de las personas con VIH no es tanto la discriminación por parte de terceras personas sino que el enfermo se anticipa a esa discriminación para evitar situaciones incomodas", explica. En esta línea, estudios llevados a cabo por esta experta, muestran que el 80 por ciento de las personas entrevistadas con VIH no lo habían comunicado en su trabajo, del resto, al menos un 10 por ciento afirmaba algún tipo de discriminación.
En el caso concreto de las mujeres, Fuster advierte de que el "grado de evitación es mayor que en los hombres" y, especialmente, en lo que se refiere al mundo laboral, en gran parte porque "padecen más ansiedad, depresión, mayores sentimientos negativos que los hombres, además de las situaciones de evitación; y se sienten asiladas, sin red social de amigos, y absolutamente ocultas tras con su condición de VIH".
Actualmente es complicado saber exactamente el número de mujeres discriminadas por el VIH, ya que, como explica a Europa Press la gerente de SEISIDA, la psicóloga Mª José Fuster, por lo general "ocultan su situación", en gran medida por el miedo a la reacción de los demás.
"La situación de la mujer es desfavorable en general en el ámbito laboral, en el ámbito del VIH la situación se hace más grave porque la mujer tiene una vulnerabilidad mayor a nivel psicosocial porque tiene más dependencia económica, cargas familiares, cargas que ya existen en la mujer sin VIH, y que la hace más vulnerable", añade.
En el ámbito laboral más del 24 por ciento de los pacientes con VIH afirma haber sufrido discriminación, hasta un 35 por ciento ha abandonado en alguna ocasión el trabajo y hasta un 28 por ciento ha decidido no buscar trabajo o no presentarse a una promoción laboral por la enfermedad
"El problema de las personas con VIH no es tanto la discriminación por parte de terceras personas sino que el enfermo se anticipa a esa discriminación para evitar situaciones incomodas", explica. En esta línea, estudios llevados a cabo por esta experta, muestran que el 80 por ciento de las personas entrevistadas con VIH no lo habían comunicado en su trabajo, del resto, al menos un 10 por ciento afirmaba algún tipo de discriminación.
En el caso concreto de las mujeres, Fuster advierte de que el "grado de evitación es mayor que en los hombres" y, especialmente, en lo que se refiere al mundo laboral, en gran parte porque "padecen más ansiedad, depresión, mayores sentimientos negativos que los hombres, además de las situaciones de evitación; y se sienten asiladas, sin red social de amigos, y absolutamente ocultas tras con su condición de VIH".