
No tiene ánimo de lucro «los beneficios van para los propios usuarios o para ampliar la empresa», asegura el presidente de ADAT, Jesús María Vázquez. Son entidades con un fin social. Entre los requisitos que tienen que cumplir son estar promovidas por una o varias entidades sin ánimo de lucro con una participación de al menos de un 51 por ciento; encontrarse inscritas en el Registro correspondiente; mantener un porcentaje de trabajadores en proceso de inserción de al menos el 30 por ciento, durante los primeros tres años, y de al menos el 50 por ciento de la plantilla, a partir del cuarto año.
Otro de ellos es que no realicen actividades económicas distintas a las de su objeto social; aplicar, al menos, el 80 por ciento de los resultados a la mejora o ampliación de sus estructuras productivas y de inserción; presentar anualmente un Balance Social de la actividad de la empresa y contar con itinerarios de inserción sociolaboral.
Esta asociación ya tiene un centro de día que busca la inserción laboral de las personas con conductas adictivas que también está abierto a otros colectivos en riesgo de exclusión social.
La idea que tienen desde ADAT es seguir creciendo poco a poco como cualquier empresa y así conseguir que más usuarios de este colectivo se puedan integrar. «Según vaya facturando y ampliándose esperamos tener más personas», asegura Jesús María Vázquez, quien subraya que es el principal beneficio que le interesa a este colectivo que está al lado de la sede de ADAT.