"Los recortes dejarán sin tratamiento a 35.000 drogodependientes".


"Todos tenemos que apretarnos el cinturón, pero si empezamos a recortar por los más desfavorecidos vamos a tener un problema de exclusión social, que en un país desarrollado no nos podemos permitir". Son palabras de Luciano Poyato, presidente de la Unión de Asociaciones y Entidades de Atención al Drogodependiente (UNAD), quien advierte de que cerca de 35.000 pacientes, de los 105.000 que atienden, perderán su tratamiento y se quedarán en la calle como consecuencia del tijeretazo.
Según los Presupuestos Generales del Estado, en 2011 se redujo un 12% la cantidad asignada al Plan Nacional sobre Drogas. "Las administraciones ya nos deben 10 millones de euros" relata Poyato al tiempo que alude algunos de los recortes ya anunciados "como en Andalucía, donde este será del 15%". "Parece que el problema de las drogas ya no existe, pero nuestros centros continúan con listas de espera", concluye.
Como consecuencia de esta situación 44 ONGs ya han anunciado su inminente cierre, ya se han clausurado 66 programas y 200 trabajadores han perdido su puesto de trabajo. Otros 371 están sufriendo retrasos de hasta cinco meses en sus nóminas, según datos de la UNAD.

"CREEN QUE HEMOS DEJADO DE EXISTIR"
Javier tiene apenas dos meses para encontrar trabajo porque en febrero deberá abandonar el piso donde se curaba de su adicción. "Llevo tres años en tratamiento", explica.
"El deseo de consumo no desaparece nunca" advierte Ferrer quien, pese a todo, se siente afortunado por haber disfrutado de programas de tratamiento. "Los que vengan detrás de mí, ya no los disfrutarán".

LAS BARRANQUILLAS, EL PRIMER CIERRE INMINENTE
"Aquí atendíamos últimamente a entre 80 y 100 personas" expresan los trabajadores del Centro Asistencial de Reducción de Daños de las Barranquillas, quienes lamentan su inminente desmantelación. Dicho centro, que cuenta con dormitorio, duchas y la única sala de venopunción para drogodependientes de la Comunidad de Madrid, entre otros equipamientos, cerrará sus puertas el 15 de diciembre. "Un tijeretazo mandará a la calle a gente que está en tratamiento", se quejan los trabajadores.
"Lo más terrible de todo es que esto se produzca en invierno, los drogodependientes se tendrán que ir a la calle y, si quieren dormir, se tendrán que ir a los albergues", cuentan."Ya no estamos en la problemática de los años 80, porque las políticas han funcionado, pero está habiendo un repunte en el consumo de la heroína", advierten.

LA COMUNIDAD DE MADRID NIEGA LOS RECORTES
Según Almudena Pérez, directora gerente de la Agencia Antidroga de la Comunidad de Madrid "las Barranquillas cierra porque existe un plan de eliminación del chavolismo del Ayuntamiento de Madrid". Pérez promete que "se dará atención con recursos móviles". "El centro de Batán tampoco cierra, sino que será trasladado más cerca de Madrid para que se adapte al nuevo perfil del consumidor".
La Asociación de Pacientes Dependientes a Opiáceos, afirma que en Madrid cerrarán 18 pisos de drogodependientes. Pérez niega que se vayan a cerrar: "el contrato se ha acabado, saldrá una licitación para un nuevo contrato y todos los pacientes que están en tratamiento continuarán viviendo en un piso", afirma.